Seguidores

DIVISIÓN POLÍTICA DE LA ISLA DE SANTO DOMINGO ANTES DE LA COLONIZACIÓN

 


¿POR FIN, CUÁL ES EL NOMBRE DE NUESTRO PAÍS?




·       ¿Por qué nos llamamos Santo Domingo, República Dominicana, Quisqueya?

·       ¿Es cierto que primitivamente nos llamábamos Bohío, Haití, o Bebeque?

·       ¿De dónde viene el término espaniola, española, o la Española?

·        ¿Por qué tantos nombres?   

 

Antes del magno evento del descubrimiento, nuestra isla era denominada Bohío o Haití, por sus primitivos y naturales habitantes. Del primer nombre deja constancia en su histórico Diario, el Almirante con Cristóbal Colón; y el segundo aparece por primera vez en la carta que dirigió a los Señores del Cabildo de Sevilla, el doctor Diego Álvarez Chanca, quien fuera el Físico de la Armada del Almirante en su segundo viaje al Nuevo Mundo. Hay quienes afirman que nuestros ancestros también llamaban la isla Babeque y Quisqueya. En relación con estos dos vocablos, supuestamente taínos, debemos consignar que Babeque no fue denominación primitiva de nuestra isla, según puede colegirse de la lectura del Diario de Cristóbal Colón; y respecto de Quisqueya es mucho lo que se ha escrito: Colón no menciona en su diario, tampoco Fray Bartolomé de Las Casas en su "Historia de las Indias; y el Dr. Apolinar Tejera sostuvo con bastante propiedad que ese término fue una invención del cronista Pedro Mártir de Anglería.

 

Cuando se produjo el descubrimiento de nuestra isla, el Almirante don Cristóbal Colón, admirado por su belleza y por su parecido con ciertas regiones de España, convino en bautizarla, el 9 de diciembre de 1492, con el nombre de ESPAÑOLA.

Santo Domingo fue la ciudad capital que se construyó en la española hacia 1498, en sustitución de La Isabela. Con el devenir del tiempo, el nombre de la capital se extendió merced al uso general a toda la isla, la cual no tardó en ser denominada Isla Española de Santo Domingo, o simplemente, Isla de Santo Domingo, nombre que ostento siempre.

En 1805, empero, los haitianos establecieron en su Constitución que el nombre de la isla era Haití; y los dominicanos, por su parte, cuando confeccionaron su primera Constitución el 6 de noviembre de 1844, consignaron que el nombre de la isla Santo   Domingo.

Parece ser que durante el siglo XIX, designar la isla con cualesquiera de los nombres que para entonces se usaba realmente carecía de importancia, pues tanto el pueblo haitiano como el dominicano mantenían intactas su integridad e identidad culturales. (ósea, independientemente del tema de los nombres, estaban definidos con su cultura y territorio), El problema comenzó ya entrado el presente siglo cuando, en 1918, los representantes del gobierno interventor norteamericano enviaron a cada uno de los gobernadores provinciales la siguiente Circular:

"Santo Domingo, 7 de mayo, 1918

Señor Gobernador de la Provincia,

Puerto Plata.

Señor:

En la actualidad existen algunas confusiones en el sentido geográfico causadas por los distintos nombres con que se denomina esta Isla.

Es denominada en algunas enciclopedias y otras autoridades la "Isla de Haiti' o "Santo Domingo". Estos nombres son aplicados indistintamente a las dos Repúblicas situadas en la misma Isla.

Es denominada en algunas enciclopedias y otras autoridades la "Isla de Haiti" O "Santo Domingo".

Estos nombres son aplicados indistintamente a las dos Repúblicas situadas en la misma Isla.

Con el fin de evitar astas confusiones, ha sido propuesto por el ministro americano y el Gobernador Militar, recomendar a la Sociedad Geográfica de los Estados Unidos cambiar la denominación de la Isla por su nombre antiguo, o sea HISPANIOLA, y considerando buena esta idea se desearía conocer su opinión a este respecto, así como también la de aquellas personas más connotadas de su provincia.

Una exposición igual ha sido enviada a cada Gobernador Provincial.

Atentamente le saluda,

Departamento de lo Interior y Policía.

(Fdo.) J. H. Pendleton

Brigadier General U.S.M.C.

Acting Military Gober. Santo Domingo".

 

La Circular que antecede fue publicada el 8 de junio de 1918, primero, y el 9 de junio de 1931, después, en el Listín Diario, y una vez hecha del conocimiento público, la opinión de los más distinguidos intelectuales no se hizo esperar. A través de las páginas del Listín Diario, la gran mayoría de nuestra intelectualidad estuvo de acuerdo en que la denominación apropiada para la isla era SANTO DOMINGO, y no Hispaniola.

En 1931 surgió de nuevo el tema sobre el nombre de la isla, y nuestros hombres de letras expusieron una vez más sus opiniones en las páginas del Listín Diario (*). Luego, en 1933, la docta y prestigiosa revista Clío, órgano de la Academia Dominicana de la Historia, insertó en sus páginas varios trabajos sobre el polémico tema, los cuales dilucidaron plenamente la cuestión y dejaron establecido que esta isla jamás se llamó Hispaniola.

Como habrá advertido el lector, tanto en la polémica de 1918, como en las posteriores de 1931 y de 1933, solo se debatió el nombre de la isla. Para nada se tomó en cuenta, porque no había motivos para confusión, el nombre de nuestro país, el cual era y es SANTO DOMINGO--, ni el de nuestro Estado - el cual es REPÚBLICA DOMINICANA. Sin embargo, desde hace poco más de tres decenios, un escritor dominicano, el Profesor don Ramón Rafael Casado Soler ha desplegado una campaña con el propósito de escoger un nombre para nuestro país, el cual, de acuerdo con su tesis, debía llamarse DOMINICANA. No pocas personas han escrito respecto de tan interesante tópico (**), aunque todavía existen disensiones en torno al nombre di nuestro país.

El 31 de agosto del año 1977 se celebró una Mesa Redonda en la Biblioteca Nacional, tras la iniciativa del escritor don Tiberio Castellanos, a fin de discutir el nombre del país. Participaron en la referida Mesa Redonda los señores: Lic. Ramón Rafael Casado Soler, Ing. José Joaquín Hungría Morel, Dr. Carlos Federico Pérez, Dr. George Lockward, Dr. Eduardo Latorre, Dr. Alberto Noboa, Monseñor Hugo.

En las ediciones del Listín Diario de junio y julio de 1918 aparecen los aludidos artículos. Emilio García Godoy y otros, "Opiniones en torno al nombre de la Isla" junio 13, 1918; Humberto Ducoudray, "Al Margen de un tópico" junio 21, 1918; Arquímedes Cruz Álvarez, "El Nombre de la Isla" junio 18, 1918; Manuel Ma. Castillo, "La Hispaniola y los Gallos" junio 25, 1918; Luis Lavandier, "Santo Domingo, O. K.", junio 18, 1918; Federico Nol Velázquez y Hernández, "Hispaniola, -El Error de Angleria", jumio 11, 1918; José D. Alfonseca, "La Española y los juegos de Gallos", julio 19, 1918; "Santo Domingo, mas no Hispaniola",; julio 25, 1918.

Injusto sería soslayar los nombres de la distinguida periodista Angela Peña y don Tiberio Castellanos, quienes también se han ocupado del asunto de nuestro nombre nacional. A través de su leída columna "La Media Naranja", la cual se publica en el vespertino Ultima Hora, Angela Peña ha escrito numerosos comentarios en relación con el nombre de nuestro país. Don. Tiberio Castellanos publicó el I1 de septiembre de 1976, en el Listín Diario, ¿un exquisito artículo titulado “Cuál es el nombre de nuestro país?".

Eduardo Polanco Brito, Dr. Virgilio Hoepelman, el bachiller Armando Aimánzar Botello, Lic. Frank Moya Pons quien fue invitado a que agotara un turno, por último, quien esto escribe. Fungió como Moderador el Dr. Salvador Pittaluga Nivar.

El trabajo que aparece a continuación fue leído por el autor ante la nutrida y distinguida concurrencia que asistió al evento. Se trata de una breve historia de los nombres de nuestra isla, sin cuya comprensión tórnase difuso entender la cuestión del nombre de nuestro país. Finalmente, en calidad de apéndice, se incluye escritos de diversos autores, quienes en distintas épocas (1918,1931 y 1933) trataron el tema a plenitud.

Para no pecar de unilateralidad, se ha tenido en cuenta la versión haitiana en la respetada opinión de los escritores Jean Le Fureteur y Edmond Mangonés.

 

EL NOMBRE PRIMITIVO DE LA ISLA

Cuando el Almirante Cristóbal Colón llegó a Cuba, los aborígenes le indicaron que hacia el Este existía una isla llamada Bohío, en la cual había gran cantidad de Oro. El 5 de diciembre da 1492, Cristóbal Colón arribó a nuestra isla, la cual sus aborígenes, los taínos, denominaban Haití. Colón, sin embargo, no da constancia de ese nombre. Y algunos cronistas (entre ellos López de Gómara, Herrera, y Anglería), señalan que una parte de la isla era llamada Quisqueya.

Los historiadores dominicanos no han llegado a un acuerdo en este sentido. Hay quienes se inclinan por la tesis de que el nombre primitivo de la isla era el de HAITI; y otros prefieren sostener la tesis de que la isla tenía varios nombres: Haití, Quisqueya, Babeque o Bohío.

Un distinguido costumbrista del siglo XIX, don César Nicolás Penson, escribió, en sus "Cosas Añejas”, que el vocablo Quisqueya no era indígena, pero reconocía que él era de los primeros en usarlo como distintivo de dominicano. Varios lustros después, el canónigo dostor Apolinar Tejera, confeccionó un enjundioso artículo titulado “Quid de Quisqueya" en el cual tildó de apócrifo el vocablo Quisqueya y demostró que el mismo nunca existió en la terminología taína, y que fue una invención del cronista Pedro Mártir de Anglería, quien lo acuñó en su obra “Historia de las Indias, Décadas”. El padre Bartolomé de Las Casas, quien vino a la isla en 1502 en la expedición de Frey Nicolás de Ovando, no menciona el vocablo Quisqueya en su famosa "Historia de las Indias". No obstante, nuestros primeros historiadores, don Antonio Del Monte y Tejada, primero, y don José Gabriel Garcia, después, siguieron a Herrera, y escribieron que a la llegada de Colón la isla obedecía a estos tres nombres: Haití, Quisqueya, Bohío o Babegue. El primero quería decir "tierra montañosa" y era aplicado por los taínos a la parte de la isla que actualmente ocupa el Estado Haitiano; el segundo significaba "'madre tierra", y comprendía la parte española de la isla-según Alcides García Lluberes--; y el tercero, "'tierra de oro"", aplicado a la parte norte de la isla.

No hay, por consecuencia, documento que evidencie a Haití como nombre de la isla a la llegada de los españoles, aunque Anglería consignó que en los momentos del descubrimiento el vocablo Quisqueya estaba en desuso. Las Relaciones de la época parecen indicar que los taínos habían bautizado diversas áreas de la isla con los nombres antes señalados, pero fuerza reconocer que algún nombre debió tener la isla. De acuerdo con el profundo historiógrafo doctor Jorge Tena Reyes, la isla no tuvo otro nombre -a la llegada de los ibéricos-- que el de Haití, el cual parece aceptado por una gran mayoría de los historiadores.

EL NOMBRE DADO A LA ISLA POR CRISTÓBAL COLON

A raíz del descubrimiento, Cristóbal Colón, quien quedó admirado de la belleza natural de esta isla, la cual guardaba cierto parecido con algunas regiones de España, vio en ella una patria pequeña y la bautizó con el nombre de ESPAÑOLA. Así se le conoció durante varios decenios.

Conviene señalar que cuando Pedro Mártir de Anglería escribió en latín, su historia del descubrimiento, vertió al idioma de Cicerón el término Española, el cual devino Hispaniola,"caprichosa latinización del legítimo nombre Española, que fue el que realmente ostentó la isla a raíz de su colonización por los europeos", según decir del historiador Leónidas García Lluberes. En 1493, Pedro Mártir de Anglería y un canciller genovés llamado Antonio Gallo utilizaron el término Hispaniola; pero nuestra isla nunca fue conocida con ese nombre.

EL NOMBRE DE SANTO DOMINGO

En su segundo viaje al llamado "Nuevo Mundo", Colón fundó una ciudad en el norte de la isla, al oeste de la actual ciudad de Puerto Plata, a la cual bautizó con el nombre de La Isabela, en honor de la reina de España. Esa ciudad fue durante un lustro más o menos la capital de la Española. Pero en 1498 algunos autores sostienen que fue en 1496 don Bartolomé Colón, hermano del Almirante, fundó en la margen izquierda del río Ozama una ciudad a la cual dio el nombre de SANTO DOMINGO porque, según una tradición, había arribado a la isla en día domingo; porque ése mismo día, coinciden- cialmente era el onomástico del santo del mismo nombre; y porque el padre de los Colón se llamaba Domingo. SANTO DOMINGO, pues, devino capital de la isla Española.

Los historiadores Antonio Del Monte y Tejada, y José Gabriel García, consignaron en sus respectivas historias que el 6 de diciembre de 1508, el rey de España por medio de una Real Cédula- extendió a toda la isla el nombre de Santo Domingo. Nada más incierto. Esa Real Cédula se desconoce, y se cree hasta prueba en contrario- que el nombre de Santo Domingo fue aplicado a toda la isla por la generalidad de los españoles y criollos, tal vez por parecerles más simpático y cómodo, pero nunca mediante un decreto real.

Un cuidadoso examen de los documentos del siglo XVI revela que el nombre de ESPAÑOLA prevaleció durante los primeros tres decenios de esa centuria, y que ya para 1518 se aplicaba el nombre de Santo Domingo a toda la isla. Así consta en una "Relación de lo obrado en la Isla de Santo Domingo de resultas del llamamiento que hicieron los Padres Gerónimos" don Alonso Zuazo escribió en 1521 sus Memorias sobre la condición de los Indios de Santo Domingo y Cuba"; El culto escritor haitiano Edmond Mangonés señala que nuestra isla fue designada Española hasta 1550 y que a partir de esa fecha se impuso el nombre de Santo Domingo. Estamos de acuerdo; pero fuerza señalar que el señor Mangonés consignó que el nombre de Santo Domingo para la isla comenzó a usarse en 1536 y hemos demostrado que ya para 1518 había comenzado a emplearse, aunque conviene reconocer que durante cierto tiempo se alternó con el de Española, con el cual, muy a menudo, era combinado de esta forma: "Isla Española de Santo Domingo". Ya para 1544 parece que se había generalizado el nombre de Santo Domingo, pues en una Relación de los padres dominicos se habla de un Fray Rodrigo de Ladrada, "Santo viejo, hijo del Monasterio e isla de Santo Domingo”, quien fuera compañero de Las Casas. En esa misma Relación se menciona a Fray Rodrigo de Vera, quien fuera Prior del Convento Dominico, y del cual se dice: “Padre Prior de la Isla y ciudad de Santo Domingo.

¿A qué se debió la adopción del nombre de Santo Domingo para la isla entera?

Entre varias razones, a que al constituirse la isla Española en el centro de cultura del Nuevo Mundo, el nombre de su capital primó sobre el de la isla; y al hecho de que varias de las instituciones de importancia que fueron establecidas en la ciudad Primada de América ostentaron el nombre de Santo Domingo. Así fue que se estableció aquí la Real Audiencia de Santo Domingo; y cuando se elevó la sede episcopal se le llamó Arzobispado de Santo Domingo.

Además, parece que en la América Hispánica era costumbre extender a la isla el nombre de la capital. Similar caso que el nuestro fue el de México. Hernán Cortés dio a la capital del virreynato de la Nueva España, el nombre de México; sin embargo, el nombre de la capital fue aplicado a todo el territorio. En Guatemala y Perú ocurrió algo parecido. Y en San Juan sucedió a la inversa. El nombre que Colón dio a la isla de BORIQUEN no BoriNquen como dicen muchos, fue el de SAN JUAN BAUTISTA. Luego, Ponce de León fundó la villa de Caparra y admirado por el puerto lo llamó Puerto Rico, pero la isla seguía obedeciendo al nombre colombino de San Juan. Con el tiempo, se invirtió la realidad y el nombre del puerto devino nombre de la isla, y el de esta, el de la capital.

Como se sabe, la parte occidental de la isla de Santo Domingo comenzó a ser poblada por franceses hacia 1630, fecha en la que el padre jesuita Pedro Francisco Xavier de Charlevoix fija el uso de Santo Domingo como nombre de la isla. Desde entonces dos comunidades compartieron la isla, la cual fue conocida con estos dos nombres:

Saint Domingue y Santo Domingo español.

 

NUESTRO GENTILICIO

NUESTRO GENTILICIO

Dominicos o Dominicanos son los frailes pertenecientes a la Orden de Predicadores fundada por Santo Domingo de Guzmán. Dominicano, pues, deriva de Domingo, y con ese gentilicio han sido conocidos los naturales de la isla de Santo Domingo.

¿Desde cuándo se usa entre nosotros este gentilicio?

 Es fácil deducirlo. Si nuestra isla se llamó Española durante los primeros tres decenios del siglo XVI, es evidente que durante esa época los habitantes de aquí no fueron conocidos con el gentilicio de dominicanos. Eran simplemente españoles o españolenses. Como a partir de 1518 es cuando en los documentos aparece el nombre de Santo Domingo, alternando con el de Española para toda la isla, podría argumentarse que no fue hasta que se impuso el primer nombre sobre el segundo que se distinguió a nuestros ancestros con al gentilicio de dominicanos. No obstante, la primera vez que nuestro gentilicio apareció impreso fue en una Real Cédula de 1621. Luego apareció en el texto de la famosa "Novena para implorar la protección de María Santísima, por medio de su imagen de Altagracia", cuya confección está fijada para el 3 de junio de 1738. Luis José Peguero, el primer dominicano en escribir una historia de La Isla Española, en 1762 también utilizó nuestro gentilicio. Y don Antonio Sánchez Valverde, autor de la "Idea del Valor de la Isla Española" escrita y publicada hacia 1785, también habla de los valerosos dominicanos. Hay quienes se identifican con la tesis del egregio maestro Eugenio María de Hostos relativa a qué Santo Domingo ha sido por corruptela el nombre de nuestra isla y que, por consecuencia, debe recurrirse al nombre indígena, Quisqueya, para que de esa forma los dominicanos sean quisqueyanos.

LA REPÚBLICA DOMINICANA

¡Los habitantes de la parte española de la isla de Santo Domingo fueron dominados por España durante varios siglos, y por Francia durante algunos cinco años. Gradualmente, fueron tomando conciencia de sí mismos, como pueblo, como nación, y en 1844 formaron un Estado libre e independiente de toda potencia extranjera al cual bautizaron República Dominicana, nombre "inalterable y sagrado" según Alcides García Lluberes porque salió de labios del Padre de la Patria cuando fundó, el 16 de julio de 1838, la gloriosa sociedad secreta La Trinitaria. El artículo primero de nuestra constitución siempre ha dicho: "El pueblo dominicano constituye una Nación organizada en Estado Libre e independiente, con el nombre de República Dominicana.

EL NOMBRE DE NUESTRO PAIS

Antes de entrar en materia conviene definir qué es un país. El Diccionario de la Real Academia Española define el término así: "País: del latín pagensi: región, reino, provincia o territorio"." Y don Julio Casares, en su "Diccionario Ideológico de la Lengua Española", lo describe como "'nación o territorio". Partiendo de estas definiciones podemos decir que el nombre de nuestro país es sencillamente SAN-'TO DOMINGO.

Con anterioridad a la formación de la República Dominicana, los dominicanos solían decir que eran oriundos de Santo Domingo, con lo cual, evidentemente, aludían a la isla. Esta costumbre continuó después de creada la República, incluso hasta nuestros días. Con frecuencia, en el extranjero, se escucha un dominicano decir: "soy de Santo Domingo"; y vale aclarar que con esa expresión no se refiere a la capital de la República Dominicana, que responde al mismo nombre, sino a la isla. Pero sucede que los haitianos, quienes en la constitución de 1801 dejaron intacto el nombre de Santo Domingo, cambiaron de actitud varios años después y en 1805, en el artículo primero del Pacto Fundamental, establecieron lo siguiente: "El pueblo que habita la isla antes denominada Santo Domingo acuerda constituirse en Estado libre, soberano e independiente de cualquier otra Potencia del universo bajo el nombre de Imperio de Haití". De ese año en adelante, todas las constituciones de Haití hasta 1849 decían en el primar artículo:

"La isla de Haití y las adyacentes que de ella dependen forman el territorio del Imperio"; pero, extrañamente, en la constitución de 1867 se reestructuró el artículo primero de esta forma:

"La República de Haití es una e indivisible, esencialmente libre, soberana e independiente". Los legisladores haitianos se convencieron de que carecían de derecho para extender a toda la isla el nombre de su república, aun cuando Haití fuera un nombre indígena y Santo Domingo no.

Contrario a los haitianos, los dominicanos han permanecido fieles al nombre de Santo Domingo, con el cual no solo se identifica a nuestro pueblo, sino, además, a nuestra isla. Nuestra constitución, desde el 6 de noviembre de 1844 cuando se confeccionó la primera, siempre ha estatuido, en el artículo primero, lo siguiente: "El territorio de la República Dominicana es y será inalienable. Está integrado por la parte oriental de la Isla de Santo Domingo".

No cabe dudas en torno al hecho de que nuestra isla fue siempre conocida como Santo Domingo; que durante cierto tiempo los textos de historia y geografía haitianos la llamaron Haití; y que ello produjo cierta confusión en los círculos intelectuales internacionales. Tal vez por esa situación fue que en 1918 los generales norteamericanos J. HI. Pendleton (jefe interino del Gobierno Militar) y W. W. Russell, ministro de Estados Unidos en la República Dominicana, durante la primera ocupación yanki, recomendaron a la Sociedad de Geografía de Estados Unidos aplicar a nuestra isla el nombre de HISPANIOLA.

Cuando esa sugerencia se hizo, la intelectualidad dominicana de inmediato elevó su protesta y rechazó la proposición en virtud de que Hispaniola nunca había sido nombre de la isla, y porque, además, aún prevalecía el nombre original de Santo Domingo. Sin embargo, no pocos académicos norteamericanos todavía utilizan el vocablo Hispaniola para referirse a nuestra isla; Y debe quedar claramente establecido que el nombre de nuestra isla es SANTO DOMINGO, la cual está ocupada por dos Estados: Haití y República Dominicana. También se ha sugerido el nombre de Isla Colombina.

Un destacado compositor y escritor nuestro, don Rafael Casado Soler, ha sostenido durante mucho tiempo que el nombre de nuestro país debe ser simplemente DOMINICANA, y que no es necesario agregarle, como usualmente se hace, el término República. Sostiene este prestante caballero que el nombre de Santo Domingo sirve para evocar la colonia, mientras que Dominicana es la cristalización de nuestro pueblo como nación. A él le sigue muy de cerca el 'ingeniero Jose Joaquín Hungría Morell, quien estima que hay confusión en el uso indistinto de Quisqueya, Santo Domingo o República Dominicana para identificar la patria de los dominicanos; olvidando, tal vez, qué similar caso ocurre con Gran Bretaña, a la cual todo el mundo llama Inglaterra; Estados Unidos de México, que generalmente se dice México; y con Francia, cuyo nombre oficial es República Francesa. Hay autores que proponen que nuestro país se llame República de Santo Domingo; y ya en el siglo XIX don César Nicolás Penson había lanzado la idea de que algún día se crearía la República de Quisqueya para sustituir "el pesado y ambiguo título, de República Dominicana".

Finalmente, cabe traer a colación una interesante opinión del fino escritor don Manuel de Js. Troncoso de la Concha, la cual dilucida, en nuestra opinión, la cuestión del nombre de nuestro país: "'Santo Domingo es el nombre de la nación, o del país, o del pueblo, si se quiere. República Dominicana es el nombre del Estado. El primero se apli-ca a la extensión geográfica que ocupamos y al núcleo social que la habita; el segundo a la organización política adoptada por el pueblo centro de esa extensión geográfica. La universidad no se llama de la República Dominicana, sino de Santo Domingo porque no es una institución política, sino social, cultural"- Nuestra isla, de acuerdo con la tradición hispánica, se llama SANTO DOMINGO. Los habitantes de la parte del Este constituyen el pueblo de Santo Domingo, cuya expresión jurídico-política es un Estado llamado REPÚBLICA DOMI-NICANA. De manera que nuestra isla tiene un nombre, el cual comparte con nuestro pueblo, y nuestro Estado otro. No hay razón para la confusión.

Biblioteca Nacional

Santo Domingo, D. N.

31 de agosto de 1977.-

 

BIBLIOGRAFÍA

BALCACER, Juan Daniel "Dominicano: historia de un gentilicio atípico". Cf. "Aclaraciones Históricas de Santo Domingo" Editora, Cosmos, Sto. Dgo.. R. D. 1977

CASTELLANOS, Tiberio, '¿Cuál es el nombre de nuestro país? Listín Diario, septiembre 11, 1976

CASTILLO, Manuel Ma "La Hispaniola y los Gallos. Listín Diario, junio 25, 1918.

CASADO SOLER, Ramón Rafael "En Dominicana: la Patria". ¡Ahora!, No. 560, agosto 5, 1974.

CRUZ ALVAREZ, Arquímedes "El Nombre de la Isla". Listín Diario, junio 18, 1918.

DUCOUDRAY, Humberto I- "Al margen de un tópico". Listín Diario, junio 21, 1918

GARCIA GODOY, Emilio y otros. Opiniones en torno al nombre de la Isla. Listín Diario, junio 13, 1918.

GARCIA LLUBERES, Alcides "Historia de un nombre"

- Cf. "Duarte y otros temas" la Historia, Vol. XXVIII.

Academia Dominicana de GARCIA LLUBERES, Leonidas Una Opinión sobre la designación de la Isla CF. "Crítica Histórica. Academia Dominicana de la Historia, Vol. XVI, Ed. Montalvo, Santo Domingo, 1964.

HENRIQUEZ Y CARVAJAL, Federico "Santo Domingo o La Española". Clío, No. 4, 1933.

HENRIQUEZ UREÑA, Pedro "Santo Domingo o La Española". Carta a la secretaria de Estado de la Presidencia. Mayo 12, 1933. Clio, mayo-junio, 1933, Pág. 83.

HOSTOS, Eugenio María de "La Historia de Quisqueya" y "Quisqueya, su sociedad y algunos de sus hijos": CF.

"Hostos en Santo Domingo" Vol. I., Emilio Rodríguez Demorizi, Ed. Im. J. R Vda. García Sucs., ciudad Trujillo, R. D. 1939.

HUNGRIA MORELL, José Joaquín "Duarte y la liberación de Dominicana". Ed. UASD, Col. Conferencia No. 31, Vol. CCIL, 1976.

LAVANDIER, Luis "Santo Domingo, O. K." Listín Diario, junio 18, 1918.

LE FURETEUR, Jean "Hispaniola". Clio, septiembre-octubre, 1933, Pág. 144.

MANGONES, Edmond "La Isla de Haití: una lamentable iniciativa de la U .S. Geographic Board*.Clio, septiembre-octubre,1934, Págs. 155-160; noviembre-diciembre,1934,Págs. 187-189; enero-febrero, 1935, Págs. 12-20; marzo abril, 1935, Pags. 50-55 y mayo-junio 1935, Pags. 68-74.

TEJERA, Apolinar "¿Quid de Quisqueya?". CF. "Rectificaciones Históricas". Edición de la Biblioteca Nacional, Vol. III, Feria del Libro 1976, Santo Dgo., R.D.

TEJERA BONETTI, Emilio "'Santo Domingo o La Española". Clio, No. I, 1933. Informe a la Academia Dominicana de la Historia, aprobado el 10 de julio de 1932.

TEJERA, Emiliano Carta al Señor Gobernacor Civil de la Provincia de Santo Domingo, mayo 30 de 1918, publicada en el Listín Diario, junio 20, 1931.

TRONCOSO DE LA CONCHA, MI. de Jesús "Santo Domingo y República Dominicana". Clio, No. 87, 1950.

VELAZQUEZ, Federico "Hispaniola, No! El Error de Angleria" - Listín Diario, junio 11, 1918.

Fuente:

Acerca Del Nombre De Nuestro País, Juan Daniel Balcacer (Pg. 14-23).

 

HISTORIA DEL PERIODISMO DOMINICANO

EL PERIODISMO Es un concepto que se basa en la recopilación y análisis, ya sea de modo escrito, oral, visual o gráfico de la información, en...